Este final de curso escolar ha sido especialmente caluroso. Hemos llegado casi cada día a más de 30 grados. Los niños ya estaban cansados por ser el final y el calor les agotaba aún más. Pero hemos de hacer hijos fuertes y enseñarles a luchar hasta el final. Varios de mis hijos han tenido exámenes hasta el último día…
Ahora llegan unas merecidas vacaciones. Hay que programar bien, pues los niños casi tienen 3 meses: finales de junio, todo julio y agosto y principios de septiembre.
En casa hacemos un nuevo horario. Cogemos papel y apuntamos (es bueno hacer el horario todos juntos): hora de levantarse, desayuno, deberes del cuadernillo de verano (para no perder el hábito de trabajar), tareas de la casa…
Tenemos la oportunidad de aprender muchas cosas que durante el curso escolar no podemos por falta de tiempo. Aprenden tanto chicos como chicas a barrer y fregar el suelo; cocinar, que suele ser el encargo que gusta más; a tender bien la ropa mojada, etc. Cuando son pequeños aprenden a hacer la pinza con los dedos y así cogen fuerza. Esto les ayudará, por ejemplo, a coger con fuerza el lápiz a la hora de escribir.
Luego entre todos formamos equipos y arreglamos el jardín. Finalmente la hora del baño en la piscina del pueblo, que suele ser lo más esperado de la mañana, y luego comida familiar.
Después de comer tiempo de siesta o lectura. También se puede jugar a juegos de mesa. Les encanta y son muy competitivos. Nada de tele, pues no hay ni la necesitamos.
Por la tarde merienda y luego una excursión de 2 horas andando o en bici. Disfrutar de la naturaleza y observar todo lo que nos dice.
Además en casa tenemos una lista de lo que cada uno va a aprender este verano:
Algunos simplemente perfeccionar algún deporte: el que no sabe ir en bici o el que no sabe nadar… Los mayores suelen hacer de profesores a los pequeños.
Ponemos una lista de libros a leer este verano.
Por último pensamos qué podemos mejorar en nuestro comportamiento. El año pasado, por ejemplo, toda la familia tuvimos la mejora de hablarnos bien entre los hermanos, pues no puede ser que con nuestros amigos súper bien y que en casa se nos olvide pedir las cosas por favor. ¡Qué suerte tenemos de ayudarnos mutuamente!
Os felicito, son unas vacaciones realmente ideales, prepararse para la vida, con las tareas cotidianas, aprender a «coser un botón», cocinar, compartir cariño y respeto. Pero sobretodo dedicaros las 24 horas a convivir, es el mejor regalo de vacaciones.
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Como siempre todo un ejemplo a seguir! Gracias Rosa
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Vaya ideas nos das!!! Sólo tengo dos hijos pero pondré en práctica lo que propones. Como siempre,mil gracias ❤
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Tomo nota de todo, que los míos al no tener horarios, han empezado las vacaciones muy descontrolados 😱😱😱
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La rutina ayuda a anticipar y a ser más autónomos en el funcionamiento diario.
Muy buen «planing», ejemplo a seguir.
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