Consejos a mi hijo que se casa

¡¡No sabéis qué feliz estoy!! Perico, mi hijo mayor, se casa el mes que viene con María. A sus 27 años recién cumplidos se dirán un SÍ para siempre, hasta que la muerte los separe. En pocos días se irá de casa para formar su propio hogar. Hemos de educar a nuestros hijos para que se puedan ir de casa y asumir las responsabilidades del matrimonio. En casa todos sus hermanos están muy contentos: por la boda, por la fiesta, porque si Dios quiere vendrán pronto sobrinos… Lolita ya ha empezado a hablar con María sobre qué nombre le gustaría poner a sus bebés cuando lleguen. Imaginaos la juerga que se está montando entre tantos hermanos. Y todos opinando claro.

Son momentos de tomar muchas decisiones. Ellos han hecho un curso pre-matrimonial de 8 sesiones con otras parejas. Les ha dado la oportunidad de hablar de muchos temas guiados por otros matrimonios con más experiencia. De hecho, una pareja ha roto pues han visto que no eran el uno para el otro para toda la vida.

Qué apasionante empezar tu vida matrimonial junto a la persona que has escogido. El matrimonio es ayuda mutua, es darse al otro, es exigirse con cariño, es ayudarse a crecer… es amor. Recuerdo cuando mi marido me exigía, porque quería que fuera mejor. Me decía “tienes que ser más cariñosa, a veces cuando das órdenes parece que ladras”. Todos tenemos algo que mejorar. Ayuda mutua. Cada uno tiene el matrimonio que quiere. Se trabaja poco a poco. Es difícil cambiar los defectos. Pero con paciencia sí se puede. Y nunca hay que tirar la toalla. Y aunque estemos cansados de tirar del carro del matrimonio, no desfallecer… Yo recomiendo lo que hacía con mi marido: nos íbamos cada año a pasar un finde fuera a coger fuerzas y salir de las rutinas.

Por las mañanas Chema me daba un beso de buenos días y otro por la noche. Si habíamos discutido por algo, era el momento de perdonarnos. Casi nunca nos acostábamos sin pedirnos perdón.

No podemos hablar mal de nuestro cónyuge. Los trapos sucios se lavan en casa. No se airean por la calle… Tenemos que aprender a decirnos las cosas a la cara y a solas, buscando el mejor momento. A lo mejor en una cena romántica acompañados de un buen vino.

Se casan para quererse, sin poner límites al amor. Y como los que me habéis oído siempre en mis conferencias, ¿qué digo? En la cama de papá y mamá no se mete nadie. O sea que en sus cosas yo tampoco.

En el matrimonio se rompen las matemáticas. Donde uno más uno eran dos ahora resulta que son tres, pues el amor es tan enriquecedor que de dos personas, de la unión de dos cuerpos, nace una tercera persona sumando tres.

A ver cuándo viene el primer hijo. Aún recuerdo que cuando me casé solo teníamos la cama y una pequeña mesa en la cocina. Llegué del viaje de novios mareada, así que íbamos llenando la casa de niños y de muebles poco a poco.

Empiezan una nueva aventura. ¡A soñar en grande! Claro que vendrán contradicciones y problemas. Pero esto les ayudará a crecer y a coger experiencia de cómo afrontarse a ellos. Qué ilusión que se casen, de verdad. ¡Felicidades y que seáis muy felices en esta nueva etapa de vuestra vida! Creo que os ayudará el rezar juntos el rosario, como solemos hacer en casa. Como buenos filósofos ya lo sabréis, pero no descuidéis ni el cuerpo ni el espíritu, pues somos cuerpo y alma.

2 respuestas a “Consejos a mi hijo que se casa

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